Las campanas tubulares son un instrumento de percusión, compuesto normalmente de dieciocho tubos metálicos, que pueden ser de aluminio, acero, cobre o de latón, suspendidos verticalmente en un armazón. Dichos tubos, son percutidos con uno o dos mazos, siempre en su parte superior. Cada "campana" (es decir, cada tubo) tiene unos 30-38 mm. de diámetro y cuentan con una longitud diferente, por lo cual ofrecen notas diferentes. Este instrumento cuenta, además, con un pedal o una barra para detener el sonido. Su extensión (Helmholtz) va desde el do central (C1) del piano hasta el fa de la siguiente octava (F2).
El nombre de "campanas tubulares" remite a que su sonido es similar al de las grandes campanas de las iglesias. De hecho, su invención tuvo lugar fundamentalmente para evitar la incomodidad del traslado de las grandes y poco prácticas campanas originales a la orquesta.
Las campanas tubulares fueron utilizadas por primera vez durante el siglo el siglo XIX, cuando en las operas se necesitaba el sonido de campanas de iglesias. La Obertura 1812 de Tchaikovsky fue una de las obras más famosas en las que fueron utilizadas, justo en el climax, estas representan a las campanas de las iglesias proclamando que se ha ganado la guerra contra Francia. Mike Oldfield las haría famosas en el siglo XX con su Tubular Bells de 1973, un disco conceptual de rock instrumental inglés, recordad sobre todo por el tema que abre la placa que fue utilizado en la película El exorcista. La producción de este instrumento creció, sobre todo, gracias a la demanda que se generó por parte de coleccionistas y otros artistas, que incluyeron el invento en muchas creaciones posteriores.
Campanas tubulares con un telemin
Campanas tubulares con otros instrumentos de percusión
Tubular Project tocando el tema de "El exosrcista" de Mike Olfield
Pieza orquestal
Campanas
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